Según un nuevo descubrimiento la Sífilis infectó a los pobladores de América del sur desde hace 2000 años atrás

Crédito de la imagen: Dr. José Filippin, huesos en color amarillo presentan bacterias patogenas
En el fascinante sitio arqueológico de Jabuticabeira II, Brasil, se desenterraron esqueletos con una antigüedad de 2.000 años, y un detallado estudio ha arrojado luz sobre la presencia de ADN de un patógeno estrechamente vinculado a la sífilis en estos restos óseos. Este descubrimiento ofrece una nueva perspectiva sobre la antigüedad de la enfermedad en la región.
El patógeno identificado es la bacteria Treponema pallidum endemicum, una variante cercana a la sífilis contemporánea (Treponema pallidum), capaz de dejar secuelas como úlceras en la boca o dolores en las espinillas. Los científicos, al analizar el ADN de esta bacteria en esqueletos humanos de 2.000 años, lograron reconstruir el genoma más antiguo conocido de un pariente de la sífilis. Este estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, desafía la noción convencional de que Cristóbal Colón introdujo la sífilis en Europa durante su histórico viaje en 1492.
Aunque el origen exacto de la sífilis en Europa sigue siendo un misterio, su importancia es innegable debido al devastador impacto que tuvo en la población en 1945 y a la posterior propagación significativa de la enfermedad en todo el continente europeo.
El yacimiento de Jabuticabeira II revela detalles intrigantes. Durante un extenso período de 1.500 años, más de 200 individuos fueron sepultados, desde el 1200 a. C. hasta el 400 d. C. Adoptando posiciones fetales y acompañados de ofrendas como herramientas de piedra, pescado y ocre rojo, estos individuos proporcionan un fascinante vistazo a sus prácticas funerarias.
El análisis de los esqueletos reveló numerosas lesiones óseas indicativas de una enfermedad treponémica. En una minuciosa investigación, el equipo de científicos examinó muestras de hueso de 99 esqueletos, encontrando ADN treponémico en 37 de ellos. Cuatro de estas muestras permitieron la reconstrucción del genoma del patógeno, datando del 350 a. C. al 573 d. C. Sorprendentemente, se reveló que se trataba de una bacteria de la misma familia que la sífilis, abriendo la puerta a un nuevo capítulo en la comprensión del origen de esta enfermedad veneria.
Este descubrimiento arqueológico no solo redefine la cronología de la sífilis, sino que también plantea interrogantes sobre su propagación en el pasado, desafiando las creencias convencionales y ofreciendo un valioso insight sobre la salud y las prácticas culturales de antiguas poblaciones en Brasil y el resto de América.
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